martes, 21 de julio de 2009

Una vida solitaria entre tinieblas (3). El proteo (I)


Cuando hablamos de animales auténticamente cavernícolas pensamos inmediatamente en pequeños invertebrados; esto es así porque, al menos en Europa, los cavernícolas más conocidos suelen ser insectos, coleópteros, crustáceos, etc. Pero existe uno de la clase de los anfibios, que recibe el nombre de Proteo, que actualmente vive de una forma habitual en los Alpes Dináricos de la antigua Yugoslavia y que hoy situaríamos en Eslovenia. El Proteo es conocido en este país con el nombre vernáculo de "Olm". Son muchas las leyendas que se cuentan en torno a este fascinante cavernícola; algunas relatan que el Olm desciende de un dragón, y sus crías quedaron ciegas al sumergirse en lo más profundo de la caverna cuyas aguas hervían.


No sólo los naturales del país se confunden con el origen del Proteo; también a los zoólogos les pasa lo mismo puesto que tienen dificultades para clasificarlo en los grupos existentes y al mismo tiempo encontrarle parientes cercanos. El Proteo (que recibe el nombre en latín de Proteo anginus) se parece, desde luego, a una salamandra aunque tiene las patas más separadas; es un anfibio urodelo cuya característica más notable es la de presentar "neotenia", es decir: mantiene durante toda su vida características embrionarias. Así conserva siempre branquias externas, hendiduras branquiales, repliegues membranosos en la parte posterior de su apéndice caudal y carece de órganos de Jackson, una especie de cámaras nasales accesorias típicas de otros grupos de anfibios.


Investigaciones realizadas con este vertebrado constatan que su ciclo biológico es similar al de los humanos, por lo que resulta muy útil para la medicina. Se trata del más antiguo vertebrado europeo y uno de los más primitivos entre todos los que actualmente viven en el mundo. El Proteo es el único representante en Europa de la familia de los Proteidos.


Como he dicho antes, el Proteo sólo se localiza actualmente en los Alpes Dináricos; se trata de una región situada en la parte norte de la antigua Yugoeslavia. Allí desarrolla una existencia acuática y subterránea en los lagos, lagunas y cursos de agua de las cavidades típicas de los terrenos de naturaleza caliza. Esto ha hecho que su coloración sea prácticamente blanca, no albina, o a lo sumo de suaves tonos pardo-rosados. Su cuerpo alargado alcanza los 30 cms. de longitud; sus miembros son cortos en proporción y muy frágiles, poseyendo tres dedos en las extremidades anteriores y dos en las posteriores.


En el interior de las cavernas las condiciones de vida cambian muchísimo menos que en el exterior; la temperatura del agua oscila también mucho menos entre verano e invierno y la necesidad de circulación sanguínea y de nutrición no son tan perentorias como en el exterior. Con estas tenues oscilaciones el proteo sobrevive.


Una característica del Proteo es que de adulto sus ojos son vestigiales, apareciendo hundidos bajo la piel. De embrión el próteo tiene retina y cristalino pero, a medida que crece, su sistema óptico se atrofia y se torna opaco mientras que el globo ocular se retrae dentro de la órbita, al tiempo que la córnea se espesa hasta volverse completamente opaca. Resultaría lógico pensar que semejante comportamiento evolutivo ha sido originado por la vida cavernícola que este anfibio ha llevado durante los últimos miles de años.

(*) Arriba a la izquierda podemos ver al Proteo fotografiado en el Laboratorio Subterráneo de Moulis, en el departamento francés de Ariége. (Foto, archivo de Angel Jiménez).


2 comentarios:

tatiana torres dijo...

este tema esta super interesante....es increible ver la adaptacion de un animal...soy estudiante de biologia.....

Manuel Wallace Moreno dijo...

Verás Tatiana:uno de los motivos que me llevó a estudiar Biológicas fue precisamente mi interés por el estudio de la fauna cavernícola. Pero en aquellos tiempos, en la Facultad de Ciencias de Málaga no había especialistas para el estudio de la misma. Afortunadamente, en el mundo espeleológico si contábamos con ellos,caso de Español i Coll y Olegué Escolá, ambos del Museo de Zoología de Barcelona. Supongo que hoy ha cambiado esa situación. Otro problema, además, era la carencia de claves para identificar las especies. Ten en cuenta que en el mundo subterráneo aparecen todos los años nuevos cavernícolas. Un saludo