jueves, 24 de enero de 2013

Una vida solitaria entre tienieblas. Los Aperigotos


 LOS INSECTOS (INSECTA) (III)


En la familia Japygidae (Meinert, 1865), el género más conocido es el Japyx. Los Japygidae cavernícolas son poco numerosos; su conocimiento se debe sobre todo a las investigaciones de dos entomólogos, uno francés y otro italiano: J. Pagés y F. Silvestri. Los Japyx presentan un cuerpo muy alargado, con los últimos anillos del abdomen córneos y con una pinza terminal que recuerda el de las forfículas. Carecen de ocelos, presentando un color blanco marfil semitransparente y la extremidad posterior un color castaño. Su longitud varía entre los 10 y los 15 mm. En el caso de los Japyx cavernícolas franceses que han sido bastante estudiados, ninguno de ellos presentan la menor modificación morfológica que pueda atribuirse a la vida cavernícola y la mayoría de ellos salvo alguna excepción como el Metajapyx doderoi han sido capturados también en el dominio endogeo.

Como hemos dicho antes, los Japygidae cavernícolas han sido y son muy poco numerosos hasta la actualidad y esto, a diferencia de los Campodeidos, es posible que se deba a su carácter depredador; estas formas cavernícolas difieren bastante poco de otros representantes de las familias que llevan una vida endógea.

 Japyx solífugus

En Europa se ha señalado la presencia de Japyx en cavidades de la antigua Yugoeslavia, Italia, Francia y España; es decir en la zona norte del Mediterráneo. En estos  países tendríamos los siguientes géneros:

-Metajapyx en la antigua Yugoeslavia, Italia, Francia y España
-Dipljapyx en Italia y Francia
-Protjapyx en Francia y España
-Monojapyx y Homojapyx en España

Todavía hoy resulta difícil, teniendo en cuenta los datos fragmentarios sobre los Japygidae recolectados en estos 4 países y sobre todo sobre la localización de cada especie, explicar el empobrecimiento en el número de estos Japyx que se produce geográficamente desde el Oeste al Este; una explicación puede ser que algunas especies soportan mejor temperaturas relativamente más bajas, pues algunas de ellas como Dipljapyx humberti no pueden ser cavernícolas, por ejemplo en Francia, excepto en muy raras ocasiones porque por debajo de los 10º su ciclo vital se detiene (Pagés, 1967). Esto último puede permitirnos también considerar, para comprender esta distribuición, la influencia de las glaciaciones en el clima de Europa.

Esta discriminación selectiva que parece instalada entre las diferentes especies de Japyx, es lo que llevó en su momento al gran entomólogo francés J. Pagés a considerar como troglófilas aquellas que pueblan el dominio subterráneo; sin embargo este término es demasiado preciso en sus implicaciones biológicas (Racovitza, 1907) y no es sino con mucha dificultad el que pueda adaptarse al caso de los Japygidae cavernícolas. Tal es el caso, por ejemplo, de los Japigydae de Francia;  teniendo en cuenta los conocimientos actuales no podemos considerarlos solamente como endógeos encontrados por casualidad en las cavidades y  por consiguiente asimilados a los trogloxenos.

(*) En la foto de arriba, ejemplar de Japyx capturado por el autor de este blog en 1978 en la cueva Navarro IV de Málaga. Es el único ejemplar de Japyx, que yo sepa, capturado en una cueva en Málaga. Probablemente Japyx solifugus. Foto Manuel Wallace.


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