domingo, 7 de diciembre de 2008

Toma de datos en una cavidad (VI)


Ya he comentado anteriormente que al hacer un estudio del clima de una cavidad, no sólo se mide la temperatura y humedad del aire; también medimos la temperatura del suelo y su humedad, así como la temperatura de la roca y del agua. Para medir la temperatura del suelo podemos utilizar un termómetro-sonda, fácil de encontrar en tiendas especializadas; en cuanto a la humedad, podemos utilizar una sonda como las que se usan en jardinería; esta última no tiene una escala numerada para medir la humedad. Lleva tres franjas de colores en semicirculo (naranja-verde-azul) que se corresponden con seco, semihúmedo y húmedo; no es de una gran exactitud, pero para nosotros es suficiente.




Pero, en relación al agua, ya he dicho que hay dos medidas que debemos tomar: el pH y la dureza; son dos parámetros muy importantes en cuanto a que afecta a la vida cavernícola, por ejemplos a los anfibios. Y esto nos lleva a esta reflexión: el medio acuático es el más afectado por la contaminación que se pueda producir en una cavidad; el agua se contamina y a su vez actúa como agente contaminante, pues no podemos olvidar que el agua es un agente transportador. Por eso no dejaremos de insistir en el especial cuidado que hay que tener con el uso del carburo en el medio subterráneo; ese polvo residual que nos queda en el carburero es hidróxido de calcio, producto fuertemente básico, que puede contaminar una zona muy extensa de la cueva si lo depositamos en el suelo al limpiar el carburero. Algo que nos interesa saber a todos lo espeleólogos.




Medida del pH.- Vamos a ver algunos conceptos sobre esto, pero sin intentar complicarlo demasiado pues escaparía a los límites de este blog; aquí tendríamos que hablar de los conceptos de basicidad y acidez. Sabemos que el agua pura es neutra y que por cada ión hidroxonio tiene que haber un ión hidroxilo. Por lo tanto las concentraciones de ambos iones han de ser iguales: [ H3O+] = [OH-]. Si añadimos una cierta cantidad de ácido al agua pura, entonces aumenta la concentración de hidroxonio, mientras que la concentración de los iones hidroxilo debe disminuir. Y viceversa.




Se acostumbra a expresar la acidez o basicidad de una disolución por el pH de la misma, por ser más cómodo, ya que de ordinario se trata de concentraciones muy pequeñas. El concepto de pH fue propuesto por Sörensen, quien definió el índice de hidrógeno o pH como "el logaritmo del inverso de la concentración de iones de hidroxonio [H3O+] contenidos en la disolución. También podemos decir que el pH es igual al logaritmo de la concentración de iones de hidroxonio cambiado de signo. Según esto, una disolución sería: si el pH es mayor que 7 es básica; si el pH es menor que 7 es ácida; y si el pH es igual a 7 es neutra.




Como vemos, el pH no tiene unidades; se expresa simplemente por un número. Existen métodos diferentes para medir el pH; uno de los más usados por su sencillez es introduciendo en el agua un trozo de papel indicador (de tornasol rojo) el cual cambiará de color. Cada color indica un valor del pH diferente; normalmente llevan una escala de colores de 1 a 14. Este método no es muy preciso, y no nos va a ser apropiado para hallar valores del pH exactos. Actualmente existen tiras indicadoras más exactas que miden en una escala de 4 a 8 y que pueden determinar valores de 1/2 como 5,5 o 7,5. Actualmente utilizo un pequeño equipo "test kit" de lo que se usan para medir el pH del agua de las piscinas; para ello llenamos el tubo que trae hasta la altura señalada y a continuación echamos dentro una pastilla que trae el equipo. El agua introducida virará al color del pH que tenga el agua, color que compararemos con la escala que trae el kit. Es un método bastante exacto.




(*) Arriba, a la izquierda, el autor tomando medida de la acidez del agua de uno de los lagos residuales de la Cueva de Belda en Cuevas de San Marcos (Málaga). Fotografía, archivo de Jose Antonio Berrocal.




No hay comentarios: